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La oportunidad del coronavirus

Parece difícil que una enfermedad, para la cual no tenemos cura, que ha enfermado a millones y nos ha obligado a separarnos de quienes más amamos pueda verse como una oportunidad.

Esta oportunidad, sin embargo, existe, y se debe en gran medida a la cuarentena y a la crisis económica que el cierre de millones de negocios va a provocar.

Es un hecho que, alrededor del mundo, los gobiernos tendrán que invertir fuertes sumas de dinero para volver a generar empleos y reactivar la economía.

Y lo que los ecologistas de todo el mundo están pidiendo es que esta inversión sea en una economía verde, misma que nos sirva para hacer la transición que el planeta necesita con urgencia para detener la emergencia climática.

La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo ha visto así, tal y como lo expresó la secretaria del programa de Medio Ambiente de la Organización, Inger Andersen.

«Sólo las transformaciones sistémicas a largo plazo cambiarán la trayectoria de los niveles de CO2 en la atmósfera. En el período poscrisis, cuando se diseñen paquetes de estímulo económico que incluyan infraestructuras, existirá una oportunidad real de satisfacer esa demanda con planes sostenibles de inversiones en energía renovable, edificios inteligentes, transporte público limpio, entre otros.»

Aunque sabemos que las transformaciones sistémicas son obligadas, las industrias más poderosas del planeta se resisten a llevarlas a cabo, y el principal argumento es económico.

Millones de empleos dependen de la industria energética, de los hidrocarburos, de los automóviles, nos dicen, y es más importante mantener esos empleos y retrasar nuestro cambio de modo de vida.

baja la contaminación por corona-virus

El coronavirus, sin embargo, vino a destrozar este argumento.

Los empleos ya se van a perder, y la crisis económica está aquí, entonces ¿qué razón puede haber para reconstruir algo diferente en lugar de volver a levantarnos bajo los mismos cimientos que nos llevan rumbo al colapso?

Los riesgos

No podía ser de otra manera, y las industrias que más daño ambiental causan al planeta, ya se están moviendo para garantizar que los gobiernos y personas del mundo dejen pasar esta oportunidad.

En primer lugar, tenemos a la industria de los hidrocarburos, cuya demanda ha caído tanto, que su producto ya se vendió a precios negativos.

La industria del petróleo no es económicamente sostenible, y si es usada en todo el mundo es porque los gobiernos la subsidian, cosa que no hacen con las renovables.

Pero al momento en que el precio del barril tocó fondo, incluso instituciones como la Universidad de Harvard vieron cómo millones de dólares de inversión en hidrocarburos se esfumaban.

Es momento de detener los subsidios y rescates, y dejar que los hidrocarburos compitan en igualdad de circunstancias con las renovables.

La industria petrolera ya se ha acercado a sus aliados como Donald Trump, que ya prometió inyectarles millones de dólares, y en México el presidente López Obrador está obsecado con hacer del petróleo el futuro de México.

El resto del mundo tiene la oportunidad de elegir otro camino.

Otras industrias dañinas que ya piden rescates son las aerolíneas y los cruceros.

Ambas tienen planes de transición muy a largo plazo, pero ahora se tiene la oportunidad de que los rescates que requerirán, vayan de la mano con exigencias de fuertes y ambiciosos compromisos ambientales.

Pero en Europa, ya se mueven como grupo para exigir que cualquier rescate no las obligue a cambiar y, al contrario, dicen que esta situación debe retrasar aún más sus planes de volverse sostenibles.

Un foco de esperanza está en Austria, donde el ministro de transporte dijo que si la aerolínea local, Austrian Airlines, quiere un rescate, este será solo si cumplen con objetivos medioambientales.

¿ Que compromisos ambientales van a tomar las empresas de aviación?

Las oportunidades

Mientras estas industrias se mueven para detener el cambio y seguir llevándonos directo a una crisis que no tenga arreglo, en otros lados surgen señales de esperanza.

Además del abierto apoyo de la ONU, científicos y organizaciones ya han sacado estudios económicos que muestran los beneficios de la economía verde.

De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía Renovable, si los rescates se enfocan en el llamado Green New Deal, las ganancias a nivel global serán de 98 trillones de dólares para 2050, triplicando los beneficios de cada dólar invertido.

Además, habría cuatro veces más empleos, esto sin tomar en cuenta los beneficios de salud.

Por otro lado, con los seres humanos encerrados, las fábricas paradas y los autos en la cochera, se ha visto por todo el planeta, como los aires contaminados de las grandes ciudades se han limpiado en cuestión de días.

Esto demuestra que el planeta puede recuperarse a gran velocidad, y solo necesita que lo dejemos de agredir.

Milán, en Italia, uno de los lugares más afectados por el coronavirus, es de aquellos que ya han anunciado que han aprendido la lección y que aprovecharán la crisis para cambiar.

Al momento de terminar el enclaustramiento, la ciudad eliminará 35 kilómetros de calles para automóviles, cediéndolas al transporte público y los peatones.

Milán comenzará transformando el llamado Corso Buenos Aíres, la principal zona comercial de la ciudad y seguirá hasta cubrir casi todo el centro.

Se ha notado que la mayor letalidad del coronavirus, es en las ciudades más contaminadas, como la Lombardía donde esta Milán, así que el cambio no solo es económico, sino también de salubridad.

Y es que la salud del planeta, es también la salud de las personas.

Bogotá y Nueva York ya están estudiando planes similares.

Con lo inminente de la crisis climática, esta es probablemente la última oportunidad que tenemos para un cambio profundo y la pregunta es su convertimos al coronavirus no en la tragedia que parece ser, sino en la más importante revolución de la historia moderna.

Un mundo sustentable es posible, y es el momento de que todos caminemos en ese sentido.

¿Lo haremos?

Francisco Fontano Patán

Mexicano y descendiente de españoles, desde niño sentí infinita curiosidad por descubrir el mundo, así que estaba escrito que sería un viajero. Exploró el mundo primero a través de mapas, y luego en persona. Tras escribir como freelance en varias revistas, vivió un año en Barcelona donde obtuvo una maestría en periodismo de viaje, fui miembro fundador del proyecto Caminos Sellados y gané un premio Malta Tourism Press Award como coautor del libro Postales del Mundo: Malta. He visitado 23 países de cuatro continentes y mi filosofía es que, en todo lugar hay algo por descubrir.

Fuentes:

https://news.un.org/es/story/2020/04/1472482

https://time.com/5808581/coronavirus-green-stimulus/

https://www.commondreams.org/news/2020/04/21/opposite-peoplebeforeprofit-trump-orders-big-oil-bailout-just-day-after-historic

https://www.irena.org/newsroom/pressreleases/2020/Apr/Renewable-energy-can-support-resilient-and-equitable-recovery

https://www.theguardian.com/world/2020/apr/21/milan-seeks-to-prevent-post-crisis-return-of-traffic-pollution

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