En invierno, seguí compostando!
¿ Sabías que la práctica del compostaje doméstico es una actividad que podemos llevar adelante durante todo el año? Además de producir un excelente fertilizante natural, estamos colaborando a reducir entre un 40% y un 60% los residuos enviados cada día al relleno sanitario.
Sin embargo, en invierno es importante tener en cuenta algunos cuidados especiales para evitar que las bajas temperaturas afecten la tarea. A continuación, compartimos varios detalles a considerar para evitar que el frío detenga el proceso de maduración del compost.
- Cortar en trozos pequeños. Trozar los materiales en partes pequeñas (entre 2 y 5cm máximo) va a favorecer la proliferación de los microorganismos que participan del proceso de descomposición. Si contamos con más microorganismos trabajando, más fácil será mantener la temperatura de la pila de compost.
- Procesar y/o congelar. Procesar y/o congelar los restos de alimentos, antes de colocarlos en la compostera, son alternativas para facilitar una rápida degradación. Incorporando los elementos en estos estados estaremos ayudando a la naturaleza a ganar un poco de tiempo y, de esta forma, acelerar el proceso de compostaje.
- Mantener tapado. Tapar la compostera es también una buena idea. Podemos hacerlo con toldos de lona gruesa, mantas de nylon y/o cartones; en cualquier caso estaremos aislando la pila y protegiéndola de temperaturas extremas.
- Mover la compostera a un lugar reparado. Otra opción es trasladarla a algún espacio más cerrado (como por ejemplo quinchos, lavaderos o galerías cubiertas). Mientras el espacio se encuentre ventilado y no complique el normal movimiento de la casa, puede convertirse en la “ubicación de temporada” hasta que las temperaturas sean más “amigables”.
- Trabajar con pilas de compost más grandes. A mayor tamaño de la pila de compost, mejores posibilidades de mantener su temperatura interior. Durante el invierno, es posible que las capas exteriores se congelen. De todos modos, estas van a funcionar como «aislante», protegiendo el interior de la mezcla donde se conservará calor y el proceso continuará su curso normal.
- Pequeños riegos con mayor frecuencia. Regando de manera constante (para mantener húmedo y no empapado!) estaremos maximizando la labor de los microorganismos. Debemos tratar a la compostera como una planta más y cuidar que no pierda su humedad ideal.
- Intervenir mínimamente. Es preferible no mezclar ni revolver demasiado la pila durante el invierno extremo ya que, cada vez que lo hacemos, el calor se escapa. Durante los meses de frío extremo se recomienda ejercer una intervención mínima, apenas para verificar que exista entrada de aire.
Siguiendo estos consejos -y teniendo un poco más de paciencia a la hora de cosechar!- podemos mantener activa nuestra compostera durante todo el año.
Durante la temporada de bajas temperaturas podemos estimar entre 5 y 7 meses para una completa maduración del compost. Si somos cuidadosos, podremos contar con abono de primera calidad para nutrir nuestros suelos y plantas cuando llegue la primavera!
Redacción:
Natalia Giuoggioloni
De Valeria Churba – Agricultura Urbana.
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