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Los Arboles: Pulmones del planeta

Necesitamos mirarlos un poco más, ya que tienen miles de funciones en las ciudades y en la naturaleza  ¿Sabias cuanto oxigeno produce un árbol por día?

Para responder la pregunta que se refiere a cuánto oxígeno produce un árbol al día se pueden tener en cuenta los siguientes datos: Se requieren 22 árboles para cumplir con la demanda de oxígeno de una persona al día. 0,41 hectáreas con árboles (1 hectárea equivale a 10.000 metros cuadrados, manzana urbana), produce suficiente oxígeno al día para 18 personas.
Datos interesantes para tener en cuenta, para valorar la existencia de los árboles y repudiar la deforestación que arrasa indiscriminadamente con miles de zonas boscosas del planeta, poniendo en juego el futuro de este y las generaciones que siguen.

Beneficios de los Árboles

La mayoría de los árboles y arbustos en las ciudades o comunidades se plantan por la belleza o sombra que brindan. Estas son sólo dos excelentes razones para su uso, las plantas leñosas tienen además muchas otras funciones. Los beneficios que los árboles nos dan día a día se pueden agrupar en las categorías social, comunitaria y ambiental.

Beneficios Sociales

Los lugares con árboles son más agradables, por eso preferimos tener árboles a nuestro alrededor. Una arboleda despierta en nosotros sentimientos positivos: nos sentimos serenos, sosegados, descansados y tranquilos; incluso nos encontramos admirando su belleza en silencio. Está comprobado que en los hospitales, los pacientes se recuperan más rápido de cirugías cuando desde sus habitaciones se ven árboles.

Esta estrecha relación entre personas y árboles se hace más evidente cuando una comunidad de vecinos se opone a que se talen árboles para ensanchar las calles. O cuando observamos los heroicos esfuerzos de distintos grupos de personas para salvar particularmente grandes o históricos ejemplares de sus ciudades. O simplemente con la famosa frase «abraza un árbol». El tamaño, la fuerza y la resistencia de los árboles les da un porte admirable. Debido a su potencial de vida larga, con frecuencia se plantan como monumentos vivos, y es inevitable admirarse al ver un ejemplar de más de 100 años. De hecho es frecuente sentirse unido de una manera personal a aquellos árboles que nosotros o nuestros seres queridos han plantado.

Beneficios Comunitarios

Aún si los árboles son propiedad privada, a menudo por su tamaño pasan a ser parte de una comunidad. Con una selección y mantenimiento adecuados, los árboles pueden funcionar y resaltar una propiedad sin infringir los derechos y privilegios de sus vecinos. Los árboles de las ciudades a menudo cumplen diversas funciones de tipo arquitectónico o de ingeniería: dan privacidad, enfatizan vistas u ocultan aquellas que son desagradables, reducen la luz intensa, el ruido ambiente y los reflejos indeseados. Y como si fuera poco a veces dirigen el tránsito peatonal y dan frutos comestibles para disfrutar en el camino, como níferos, mandarinas y kinotos. Los árboles proporcionan elementos naturales y hábitat para la vida silvestre en los alrededores urbanos, aumentando la calidad de vida de los residentes de las comunidades.

Beneficios Ambientales

Los árboles son una parte fundamental del ecosistema en el que vivimos: moderan el clima, mejoran la calidad del aire, conservan agua y dan albergue a la vida silvestre. El control del clima se obtiene al moderar los efectos del sol, el viento y la lluvia. La energía radiante del sol se absorbe o se desvía por las hojas de los árboles caducifolios durante el verano, y se filtra sólo por las ramas de esos mismos árboles en el invierno.

Los árboles son un refugio durante las horas de calor, pues nos sentimos más frescos cuando estamos a la sombra y no expuestos a la luz directa del sol. La velocidad y dirección del viento se pueden modificar por los árboles, pues cuanto más denso sea el follaje de los árboles, menor será el impacto del viento. La caída directa de la lluvia, nieve o granizo primero es absorbida o desviada por las copas de los árboles frondosos, dando protección tanto a personas como a animales. Al interceptar el agua los árboles almacenan parte de ella, así reducen el escurrimiento excesivo causado por las tormentas y la posibilidad de inundación. La temperatura es más fresca en la proximidad de los árboles que lejos de éstos.

Cuanto más grande sea el árbol, mayor será el enfriamiento. Mediante el uso de árboles en las ciudades podemos moderar el efecto del calor causado por el pavimento y los edificios. Y por supuesto, los árboles siempre mejoran la calidad del aire ya que las hojas filtran el aire que respiramos, removiendo el polvo y otras partículas. La lluvia arrastra la contaminación hacia el suelo. Las hojas absorben el dióxido de carbono del aire para formar hidratos de carbono que son utilizados en la estructura y las funciones de la planta. En este proceso las hojas también absorben otros contaminantes del aire como dióxido de sulfuro, y en su lugar nos regalan oxígeno. Al plantar árboles los pájaros y otros animales silvestres son atraídos a dicha área, y así se reestablece la armonía natural con el ambiente urbano.

Fuentes:

www.natura-medioambiental.com

www.proyectoverde.net

www.planverde.df.gob.mx

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